Microsoft y Nintendo han firmado un acuerdo legal vinculante para llevar Call of Duty a las consolas de Nintendo durante diez años. Este acuerdo será vigente si prospera la propuesta de adquisición de Activision Blizzard por parte de la primera.
El año pasado, Microsoft prometió acuerdos de diez años para llevar la serie de shooters más vendida del mundo, tanto a Nintendo como a Steam si lograba adquirir la franquicia y su editor.
Ahora, el presidente de Microsoft, Brad Smith, ha anunciado en Twitter que se ha firmado un contrato vinculante de diez años entre su empresa y Nintendo.
We’ve now signed a binding 10-year contract to bring Xbox games to Nintendo’s gamers. This is just part of our commitment to bring Xbox games and Activision titles like Call of Duty to more players on more platforms. pic.twitter.com/JmO0hzw1BO
— Brad Smith (@BradSmi) February 21, 2023
La declaración que compartió decía «Microsoft y Nintendo han negociado y firmado un acuerdo legal vinculante de diez años para llevar Call of Duty a los jugadores de Nintendo -el mismo día que a Xbox, con plena paridad de características y contenidos- para que puedan disfrutar de Call of Duty igual que los jugadores de Xbox y PlayStation.
«Nos comprometemos a proporcionar a largo plazo igualdad de acceso a Call of Duty a otras plataformas de gaming, aportando más opciones a más jugadores y más competencia al mercado del gaming».
En su tuit, Smith añadió que la empresa espera llevar otros títulos de Microsoft a los dispositivos de Nintendo en el futuro.
«Esto forma parte de nuestro compromiso de llevar los juegos de Xbox y los títulos de Activision, como Call of Duty, a más jugadores en más plataformas», escribió.
La empresa de Xbox ha ofrecido un acuerdo similar a su principal rival, Sony, pero el jefe de PlayStation, Jim Ryan, dijo a GamesIndustry.biz que la propuesta era «inadecuada a muchos niveles».
Aunque Call of Duty, y la posibilidad de que se convierta en exclusivo del ecosistema Xbox, ha sido motivo de preocupación entre los reguladores, también se teme que la propiedad de Activision Blizzard dé a Microsoft una ventaja injusta en los ámbitos del cloud gaming y los servicios de suscripción.
