Probamos Tempest Rising, el RTS que los fans de Command and Conquer llevaban años esperando

Divertido, bien hecho y con una campaña que engancha desde el principio.

Probamos Tempest Rising, el RTS que los fans de Command and Conquer llevaban años esperando

Si me dices hace unos años que acabaría escribiendo que un RTS hecho con Unreal Engine 5 no solo funciona bien, sino que es todo un juegazo, no te creería. Pero aquí estamos. Tempest Rising es una sorpresa muy agradable: se ve genial, va fluido y además es exclusivo de PC, algo que se agradece en un género que siempre ha sido muy de teclado y ratón. Slipgate Ironworks y 3D Realms han apostado fuerte, y les ha salido redondo.

Sí, puedes jugar contra la máquina o en multijugador, pero lo que realmente brilla es la pedazo de campaña para un jugador: 22 misiones bien diseñadas, con historia, con ritmo, con variedad. Puedes elegir entre dos facciones: una más moderna y tecnológica rollo OTAN, o una más bestia y agresiva con lanzallamas y tanques pesados. Y sí, todo esto suena a Command and Conquer, y no es casualidad: los desarrolladores lo han dicho abiertamente, es su mayor inspiración.

El mundo del juego se ha ido al garete tras una guerra nuclear, y ahora hay una sustancia llamada “tempest” que crece por todas partes, útil tanto como fuente de energía como arma. Las dos facciones luchan por los últimos recursos, y tú estás en medio.

Entre misiones hay escenas de historia hechas con el motor del juego, con personajes que te explican la situación y te preparan para lo que viene. Nada de vídeos pregrabados; todo se genera en tiempo real. Desde ahí ves el mapa con la siguiente misión, y antes de entrar, hay un pequeño vídeo donde te presentan unidades nuevas o te ponen en situación.

Cada misión es diferente, y no solo por los objetivos o el terreno, sino porque las dos facciones tienen estilos muy distintos. Incluso la interfaz y los menús cambian: la facción “buena” tiene gráficos modernos y hologramas, mientras que los “malos” tienen un estilo retro que recuerda a los ordenadores antiguos. Está cuidado al detalle.

Aunque todo es nuevo —unidades, historia, mapas—, todo tiene ese aire clásico que recuerda a los mejores RTS de los 90 y 2000. Y eso no es malo, al contrario. Hoy en día cuesta encontrar campañas así de completas en un RTS, y menos aún en uno que no sea histórico.

Además de C&C, también hay ideas sacadas de Blizzard (como el límite de población y las habilidades de las unidades) o de juegos tipo Relic, con mejoras entre misiones o bonus para tus tropas. Todo encaja muy bien, y el resultado es que el juego engancha y exige bastante concentración incluso en dificultad normal. Hay que controlar la economía, construir bien, usar habilidades en el momento justo… Al principio cuesta un poco, pero cuando le pillas el ritmo, se disfruta mucho. Eso sí, aviso: no es fácil. Empieza suave, pero la cosa se complica. Los jugadores más veteranos lo van a disfrutar muchísimo.

Y en lo técnico, lo esperado de un buen juego en Unreal Engine 5. Usa la versión 5.4.3 y puedes elegir entre DirectX 11 o 12. Yo usé DX12, y salvo por un pequeño tirón en los vídeos iniciales mientras se compilaban los shaders, el rendimiento fue perfecto. Cero stuttering en más de doce horas de juego.

Jugador de RPGs desde los tiempos del mítico Diablo y aficionado al mundo de los juegos online desde Guild Wars. Un friki del cine y de las series de televisión.

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