En un panorama saturado de lanzamientos anuales predecibles, King of Meat irrumpe como una bocanada de aire fresco y sangriento. Desarrollado por el estudio británico Glowmade —compuesto por veteranos de Lionhead y Media Molecule, artífices de sagas como Fable y LittleBigPlanet— y publicado por Amazon Games, este título llega el 7 de octubre de 2025 a PlayStation 5, Xbox Series X|S y PC vía Steam. Con un precio de entrada de 29,99 € para la edición estándar, ofrece una alternativa accesible a los grandes presupuestos de la industria. Para los más impacientes, la edición Deluxe (49,99 €) incluye cosméticos exclusivos y cinco días de acceso anticipado desde el 2 de octubre —una mecánica que, aunque controvertida para puristas como yo, no altera el valor del núcleo jugable.
Lo que eleva a King of Meat por encima de los tráilers iniciales, que podrían insinuar un mero party game caótico, es su ambición: un universo fantástico desquiciado donde los jugadores se convierten en «Contendientes» de un reality televisivo interdimensional. Totalmente traducido y doblado al español (con un doblaje de primer nivel que captura el humor británico excéntrico y las locuras gore), el juego invita a sumergirse en un espectáculo narrado por un presentador omnipresente, cuyas pullas y comentarios convierten cada muerte en un gag memorable. Esta localización impecable no es un mero añadido; es el pegamento que une el caos mecánico con una narrativa hilarante, haciendo que el humor —una mezcla de sátira televisiva y absurdos medievales— resuene con autenticidad en nuestro idioma.
Mecánicas: Mazmorras como reality shows infernales
En esencia, King of Meat es un cooperativo para 1-4 jugadores que fusiona plataformas, puzzles y combate en mazmorras generadas como episodios de un programa de telerrealidad letal. El hub central, una bulliciosa ciudad llamada Ironlaw Plaza, sirve de base social donde comerciantes desbloquean progresión a medida que acumulas «fama» —la moneda de cambio del espectáculo. Aquí, el matchmaking fluye con naturalidad, permitiendo formar grupos improvisados para asaltar las ligas oficiales: tres niveles de dificultad con mazmorras cada vez más retorcidas.
Las mazmorras, unas 100 al lanzamiento (la mayoría diseñadas por Glowmade, con contribuciones selectas de la comunidad beta), varían en enfoque para evitar la monotonía. Algunas son puras plataformas de alto riesgo —saltos imposibles, pinchos y trampas que premian la coordinación y castigan el egoísmo—, mientras que otras priorizan puzzles lógicos (acertijos de colocación o secuencias temporales) o combates brutales contra hordas de esqueletos y monstruos ridículos. Lo más brillante es su hibridación: un nivel podría exigir resolver un rompecabezas mientras esquivas proyectiles y rematas enemigos con combos aéreos.
El combate, lejos de ser superficial, despliega profundidad sorprendente: elige entre armas como espada y escudo, maza o puños, cada una con cadenas de ataques ligeros, pesados o aéreos que se combinan en un ballet gore. Equipa hasta tres habilidades especiales —desde un eructo repulsor hasta un ungüento curativo de troll— para personalizar tu estilo, y observa cómo la progresión desbloquea movimientos que transforman el caos en estrategia.
Pero el verdadero gancho es el modo Creativo, una herramienta muy completa (aunque mejorable) que democratiza el diseño. Con elementos drag-and-drop, puedes forjar mazmorras tan viciosas como las oficiales: plataformas inestables, puzzles enmarañados o arenas de combate masivas. Publica tu creación en la «Discovery» comunitaria, donde otros jugadores la votan, dejan propinas y la desafían. Glowmade promete integrar las mejores en ligas oficiales, fomentando un ecosistema vivo.
Al lanzamiento, eventos temporales como «Slay of the Day» o supervivencias cronometradas añadirán rankings con recompensas, asegurando frescura post-lanzamiento sin recurrir a microtransacciones agresivas.
Soporte post-lanzamiento: Un juego que evoluciona con su audiencia
King of Meat no es un producto estático; es un show en emisión continua. Todas las actualizaciones —nuevos modos, cosméticos, herramientas de creación y mazmorras oficiales— serán gratuitas. La tienda in-game se limita a cosméticos opcionales, con un compromiso explícito de cero pay-to-win: todo se gana jugando. Eventos periódicos y desafíos semanales mantendrán el pulso, mientras la comunidad expande el catálogo infinito. En pruebas recientes, mazmorras user-generated ya rivalizaban con las profesionales, prometiendo un crecimiento exponencial.
Puntuación: 8/10
King of Meat cumple con creces su promesa de caos cooperativo, sorprendiendo con una progresión más rica y mazmorras menos repetitivas de lo esperado. Su doblaje estelar y humor particular lo convierten en un bálsamo para sesiones con amigos, aunque el matchmaking con desconocidos puede amplificar las «pullitas» tóxicas —empujones al vacío o bombas traicioneras— que brillan mejor en círculo cercano.
Para quién: Ideal para fans de cooperativos como Overcooked o It Takes Two, especialmente si priorizas risas con conocidos. A 29,99 €, es una compra impulsiva justificada para grupos; en solitario, el encanto se diluye un poco.
Lo mejor:
- Localización impecable al español, con doblaje que eleva el humor excéntrico.
- Variedad endiablada de mazmorras y desafíos, que rara vez se sienten repetitivos.
- Profundidad oculta en combate y progresión, más allá de la fachada party game.
- Humor gore y británico que engancha desde el primer «¡y muerto!» del presentador.
Lo peor:
- El editor de mazmorras, pese a su potencia, carece de plantillas preestablecidas para novatos, lo que lo hace abrumador al inicio.




