El co-fundador de Oculus, Palmer Luckey, y sus amigos han perdido el largo litigio que tenían con Zenimax. Luckey y sus asociados estaban acusados de compartir secretos después de terminar Zenimax, pero han sido condenados no por ello sino por romper el NDA. La demanda dice que el desarrollo de las gafas de VR, Oculus Rift, fueron resultado directo de la investigación y código que Zenimax tenía.
Así pues los 500 millones de dólares serán al final por romper el NDA y no por lo que Zenimax quería, que era por filtración de secretos.
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